¡Encasillado!

Qué extraña sensación cuando uno se encuentra encasillado, como si las fuerzas se han ido y no queda motivación para hacer las cosas, cayendo en un espiral de inamovilidad terrible, donde la familia no está para apoyarnos y las amistades se han ido dejándonos sólos, pero hay un impulso natural que nos alerta que debemos salir de ahí y no sabemos cómo, lo único que queda es recurrir a Dios que es el único que nos puede sacar de ese cuadrilátero de soledad, hablemos dentro de nuestro corazón con Él diciéndole: Señor ayúdame a salir de esta cárcel interior para encontrarme contigo y amarte con toda mi alma, vida y corazón.

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